CERRO DE LA CURIA
El 4 de enero de 1937, las tropas nacionales ocupan el municipio de Las Rozas. Los contraataques republicanos no conseguirán reconquistar el pueblo, que quedará convertido en línea de frente hasta el final de la guerra. Además del caserío de Las Rozas, los nacionales consiguieron ocupar la estación de ferrocarriles, las casas de Santa Ana, el cerro de La Paloma y otras construcciones que se levantaban al otro lado de la carretera de La Coruña, en la zona que hoy recibe el nombre de La Marazuela.
Desde el primer momento, todos estos lugares son fortificados. Los defensores aprovecharán muchos de los edificios existentes, en cuyos muros abren troneras y arpilleras. Trincheras y túneles sirven para comunicar los diferentes puntos del dispositivo, y las compañías de zapadores complementarán las defensas con fortines, refugios, pozos de tirador y otros trabajos de fortificación, convirtiéndose Las Rozas en una especie de fortaleza en la primera línea de fuego.
Por su parte, los republicanos deben de impedir una posible ruptura del frente en este sector por parte del enemigo. Si esto ocurriera, la situación se haría muy complicada, puesto que los atacantes podrían infiltrase en el monte del Pardo, cortar las comunicaciones con la sierra y progresar hacia la capital, con todo el frente republicano puesto patas arriba. A diferencia de los nacionales, el frente que deben de cubrir los republicanos en esta zona carece de pueblos y de buenas vías de comunicación. El terreno no presenta accidentes geográficos de importancia y la extensión a cubrir es muy grande.
Las espesuras del Pardo, sus cerros y barrancos, resultan buenos elementos defensivos, pero excluyendo esto, el terreno se compone de pequeñas lomas, algunos arroyos que normalmente permanecen secos, y grandes extensiones de pastizales con algunos matorrales dispersos. En torno a Las Rozas, casi todo el paisaje está compuesto por suaves ondulaciones y viejos campos de cultivo.
Poco a poco, una espesa red defensiva se fue tejiendo sobre el terreno, cuyos trabajos continuarían de manera ininterrumpida hasta el final de la guerra. Las defensas republicanas en Las Rozas, a grandes rasgos, se extendían desde el monte del Pardo, por Cerro Mocho, El Arenalón, El Tejar y el Cerro de La Patatera, haciendo frente a las posiciones nacionales de la estación de Las Rozas y del Cerro de La Paloma. Cruzando la carretera de La Coruña por el kilómetro 20, continuaban por el Cerro de la Curia, El Montecillo, Mataborricos, La Carrascosa y la Fuente del Cura. Cruzaban la carretera de El Escorial cerca de su kilómetro 3, y por La Puentecilla y La Cervera, llegaban hasta el río Guadarrama, a la altura del Puente del Retamar.
En todos estos lugares se procedió a un intenso trabajo de fortificación, algunos de cuyos restos perduran aun hoy integrados en el paisaje. Junto a la construcción de fortines, trincheras, etc. se procedió a la realización de pistas y caminos que permitieran una correcta y eficaz comunicación entre los diferentes puntos del frente y la retaguardia.
Entre los puntos más importantes de este complejo defensivo se encontraba el Cerro de la Casa de la Curia, también conocido como Cerro de la Curia. Este lugar se encuentra en el kilómetro 20 de la carretera de La Coruña, al noroeste de Las Rozas. Hoy en día está completamente edificado por urbanizaciones como Maracaibo o La Hiedra, y por pequeñas parcelas con casas unifamiliares. Desde las explanadas en las que actualmente se encuentra el auditorio municipal Joaquín Rodrigo, el Cerro de la Curia asciende en una pronunciada pendiente hacia la carretera de La Coruña. Hoy, las rampas, terraplenes y barrancas que antaño componían el paisaje, se encuentran perfectamente urbanizadas con calles asfaltadas y aceras para peatones, por ello, resulta muy difícil hacerse una idea de cómo era este cerro en plena guerra.
Los documentos del Ejército Popular de la República, fechados a finales de 1938, se refieren al Cerro de la Curia, con su posición dominante frente al pueblo de Las Rozas, como el punto más importante del Centro de Resistencia nº 1, del Subsector del frente nº 3. No obstante, este cerro tenía el problema de encontrarse en una situación delicada respecto al hostigamiento que recibía desde posiciones nacionales. Un informe de la 8ª División republicana de octubre de 1938 se refiere al Cerro de la Curia como una posición que: “además de muy deficiente por no tener apoyo desde sus flancos, constituye un islote a merced del enemigo”.
Aunque desde el principio de la guerra, en el Cerro de la Curia se había trabajado con intensidad, el lugar arrastraba numerosas deficiencias en su fortificación, y sufría una situación de cierto aislamiento con respecto al resto de posiciones que componían la línea de frente republicana en este sector. Para lograr solucionar estos problemas, desde mediados de 1938, el Alto Mando republicano comenzó a desarrollar un intenso plan de actuación en éste sector del frente.
Junto a la mejora e incremento de los trabajos de fortificación, se procedió a mejorar las comunicaciones y enlaces entre el Cerro de la Curia y el resto de posiciones cercanas, especialmente con los puestos del barranco de Mataborricos (al oeste) y del cerro de la Patatera (al este). El trabajo de las compañías de Zapadores fue intenso y las mejoras fueron haciéndose palpables. Pero continuaban existiendo graves problemas debido a la buena posición de tiro con la que contaban las avanzadillas nacionales.
Este problema se resolvería por medio de una modificación de la línea llevado a cabo por fuerzas de la 111 Brigada Mixta, que consiguieron ocupar el cementerio de Las Rozas (el antiguo, que todavía existe encajonado entre la A-6 y sus vías de servicio. No confundir con el cementerio actual, situado en Navalcarbón) y avanzar la línea principal de resistencia varios cientos de metros. En un informe de la 8ª División republicana, del 21 febrero de 1939, podemos leer al referirse al Centro de Resistencia nº 1:
“La fortificación de este centro de resistencia se ha consolidado últimamente al rectificar la línea a vanguardia hasta el Cementerio de Las Rozas y sensiblemente al Sur de la cota 733, logrando de este modo anular las desenfiladas de las armas automáticas y aumentar el campo de tiro de éstas y por reconstruir en mampostería los emplazamientos de armas automáticas que anteriormente lo eran de rollizos”.
Esta ganancia de terreno permitió a los republicanos, no sólo mejorar sus ángulos y capacidad de tiro, también aportó una considerable mejora en las comunicaciones y enlaces entre las posiciones de uno y otro lado de la carretera de La Coruña.
De esta manera, el Cerro de la Curia, que hasta entonces había formado parte de la Línea Principal de Resistencia, se situaba entre 200 y 400 metros detrás de ésta, convirtiéndose en parte de la nueva Línea de Sostén o de Apoyo:
“La Línea de Sostén queda constituida, en virtud de la rectificación, por la antigua Línea Principal de Resistencia, que es una trinchera corrida de características parecidas a la Línea Principal, siendo el punto más fuerte de ella Casa Curia, que está organizada en todos los sentidos a base de mampostería y trinchera cubierta”.
La cercanía de las líneas enemigas, que en algunos puntos apenas estaban a 100 metros, desencadenó el habitual trabajo subterráneo de minas y contraminas, así como el continuo hostigamiento de fuego de fusilería y mortero de unas posiciones a otras. Los trabajos de fortificación continuaron hasta el final de la guerra. El Cerro de la Curia fue fuertemente fortificado con nidos de ametralladoras de mampostería, numerosos pozos de tirador y varios refugios. También contó con emplazamientos para tiro antiaéreo, casamatas y zanja antitanques, emplazamientos para lanzabombas, puesto observatorio, trincheras cubiertas y una nutrida barrera de alambradas. En él se construyó un Puesto de Mando de batallón, y se instaló un heliógrafo (instrumento destinado a hacer señales telegráficas por medio de la reflexión de un rayo de sol en un espejo plano movible de diversas maneras de tal modo que produce destellos más cortos o más largos, agrupados o separados, a voluntad del operador, para denotar convencionalmente letras o palabras).
De todos estos trabajos, en el Cerro de la Curia, hoy en día, resulta prácticamente imposible encontrar nada. La elevación de terreno que en su día constituyó un punto fuerte en el sistema defensivo republicano es hoy un lugar residencial abarrotado de casas. Muchas de las personas que viven allí desconocen que desde el lugar en el que se levantan sus viviendas, los republicanos hostigaban las posiciones nacionales de Las Rozas, y que desde éstas, se hacía lo propio con fuego de fusilería, mortero y artillería. Bajo el césped de los jardines deben de quedar enterrados abundantes fragmentos de metralla, casquillos, munición y otros restos arqueológicos de aquellos días.
La Historia es así, nunca se detiene. Como las hojas de los árboles en otoño, los episodios y sucesos del pasado van quedando sepultados o semiocultos por el imparable transcurrir del tiempo. Sólo algunos se empeñan en conocerlos y tratan de comprenderlos.
JAVIER M. CALVO MARTÍNEZ
Fotografía 1: Placa de la principal calle que hoy en día atraviesa el Cerro de la Curia (JMCM)
Fotografía 2: Uno de los escasísimos restos que, sorprendentemente, aun perduran de lo que fueron las fortificaciones del Cerro de la Curia (JMCM)
Documentación procedente del AGMA
muy interesante, me parece muy gráfica la reflexión final.
ResponderEliminarHola Andrés. Me alegro que te haya resultado interesante el artículo.
ResponderEliminarDesde enero de 1937, pueblos como Las Rozas se convirtieron en un cruento campo de batalla e, inmediatamente después, en una correosa línea de frente en la que se desarrollaron importantes trabajos de fortificación y fueron frecuentes los golpes de mano.
Durante tres años, miles de combatientes de uno y otro bando sufrieron las duras condiciones de una guerra de posiciones.
Algunas de las huellas de todo aquello permanecen desperdigadas por el entorno. Otras, han desaparecido para siempre.
El estudio, la investigación y el trabajo de campo, poco a poco, permiten ir rescatando parte de nuestra Historia reciente.
A muchas personas les resulta indiferente todo aquello. Otros muchos, son incapaces de acercarse al pasado sin apasionamientos ni posicionamientos políticos de uno u otro signo.
Pero la Historia está ahí, latente. A la espera de todos aquellos que quieran descubrirla.
Hola Gerion:
ResponderEliminarHe estado paseando por la zona (muy cerca de mi casa) intentando encontrar los restos que aún quedan en este cerro y no he sido capaz de dar con ellos. ¿Podrías darme alguna indicación?
Muchas gracias!
Un saludo,
Gonzalo
Hola Gonzalo.
ResponderEliminarEscríbeme a:
frentedebatalla@mixmail.com
Te contesto.
LA ASOCIACIÓN HISTÓRICO-CULTURAL CIERZO ORGANIZA RUTAS GUIADAS POR LAS POSICIONES DE LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA. INTERESADOS CONSULTAR SU WEB:
ResponderEliminarhttp://asociacioncierzo.net/
muy interesante gracias ,es parte de nuestra historia
ResponderEliminarJavier,,, es impagable tu tesón y dedicacion.
ResponderEliminarsalud y un abrazo
Gracias a ambos por vuestras amables palabras y por el interés que mostráis hacia los contenidos de este blog. Intentaremos seguir al pie del cañón, rescatando del olvido la interesante historia que encierran muchos de los lugares por los que habitualmente nos movemos.
ResponderEliminarUn saludo.