No resulta fácil narrar el desarrollo de una batalla en un espacio reducido como es este blog. Enumerar todos los detalles de los combates, las tropas implicadas, los sucesos y protagonistas resultaría largo y puede que hasta aburrido si el interés sobre la misma no pasa de la simple curiosidad. Son otros los cauces apropiados para un estudio profundo y riguroso del tema. Por esta razón, aquí me limitaré a desarrollar sólo un pequeño resumen, a modo de esquema, de lo que fue la Batalla de la Carretera de La Coruña, tema central en torno al cual se articula este blog, dejando para futuros apartados el entrar en detalles y episodios importantes o curiosos de la misma.
Lo que comúnmente se conoce como la Batalla de la Carretera de La Coruña consistió, en realidad, en una serie de operaciones militares cuya iniciativa partió, en su mayor parte, del ejército franquista. Fracasado el ataque frontal contra Madrid, Franco y sus generales planifican un ataque envolvente por el oeste de la capital con el objetivo principal de cortar las comunicaciones republicanas con la sierra (aislando así a las tropas enemigas allí desplegadas, y privando a la ciudad de los suministros de electricidad y agua de los embalses), intentando aliviar a la vez la delicada situación en que se encuentran sus tropas en el frente de la capital (Ciudad Universitaria, Casa de Campo, Campamento...) , sin rechazar, si se veía posible, un nuevo intento de atacar Madrid, esta vez por el noroeste.
El primer ataque va efectuarse el 29 de noviembre de 1936. Tres columnas al mando del general Varela reciben la orden de ocupar la línea formada por Húmera, Pozuelo y su estación, Aravaca, Cuesta de Las Perdices y Cerro del Águila, cortando la carretera de La Coruña y tomando el Pardo, para lanzarse sobre Madrid. Los legionarios y las tropas marroquíes se lanzan con decisión al combate, consiguiendo algunas posiciones importantes, pero terminan chocando con una tenaz resistencia de los republicanos que tras jornadas de intensos combates, en los que se verán obligados a retirarse a las afueras de Humera perdiendo también puntos importantes de Pozuelo, lograrán neutralizar la ofensiva enemiga.
Sin embargo, Franco no se deja contrariar por este primer fracaso y planifica una nueva operación para romper la línea de frente y alcanzar el objetivo de la carretera de La Coruña. De nuevo, tres columnas van a entrar en acción con el mismo objetivo, pero esta vez ampliando el arco de maniobra 12 km. más al oeste. La ofensiva partiría de Quijorna, Brunete y Villaviciosa de Odón para tomar Boadilla del Monte, Villanueva de la Cañada y Villanueva del Pardillo, alcanzando la carretera de La Coruña a la altura de Las Rozas y Majadahonda para desde aquí converger sobre la capital. Se trataba de una amplia maniobra con un complejo desarrollo que alejaba las operaciones varios kilómetros de Madrid, llevando la lucha a campo abierto, donde las tropas franquistas se habían mostrado muy superiores a las republicanas.
El 14 de diciembre se inicia el avance franquista, comienza así lo que se ha denominado la Batalla de la Niebla, por estar ésta muy presente a lo largo de los combates. Las tropas de Varela, tras jornadas de furiosos ataques y contraataques, conseguirán asegurar las conquistas de Boadilla del Monte y Villanueva de la Cañada, de donde ya no serán capaces de pasar. Era el 23 de diciembre de 1936 y el segundo intento de cortar la Carretera de La Coruña había fracasado nuevamente.
Los combatientes republicanos iban ofreciendo cada vez una resistencia más fuerte y organizada, perdían terreno, pero a cambio de infligir muchas bajas a los atacantes, defendiendo correosa y obstinadamente las posiciones y contraatacando con decisión cuando tenían ocasión. Por su parte, las fuerzas franquistas habían fracasado dos veces en sus objetivos, pero no estaban dispuestas a renunciar. Eran tropas muy fogueadas, con una gran experiencia de combate y, a pesar de las muchas bajas sufridas, sobradas de decisión y coraje. Ambos bandos, conscientes de lo mucho que se estaban jugando en el noroeste madrileño, habían ido incrementando sus fuerzas, consolidando, dentro de sus posibilidades, sus respectivos frentes.
El corte de la Carretera de La Coruña constituía un objetivo primordial para los franquistas, por ello, a principios de enero de 1937 volverían a intentarlo. Entre ellos, posiblemente alguno pensaría en el clásico dicho: “a la tercera va la vencida”. Para ello concentrarían la fuerza más grande empleada hasta aquél momento: la División Reforzada de Madrid, unos 25.000 hombres, apoyados por una importante masa artillera y aviación al mando del general Orgaz, a la que se sumaban los efectivos de la Legión Cóndor alemana. Frente a esta fuerza los republicanos tenían desplegadas en el terreno a la 8ª y 5ª División, fruto de los esfuerzos del mando de la defensa de Madrid por militarizar a las milicias y dotarse de un ejército profesional, pero cuya organización no se había finalizado por completo, contando por ello con numerosas carencias.
El 3 de enero los franquistas rompen nuevamente el frente. Conquistan Villafranca del Castillo, Majadahonda, Las Rozas, el Plantío y avanzan sobre Madrid por la Carretera de La Coruña para enlazar con las tropas que atacan Pozuelo y Aravaca, pueblos que serán ocupados los días 7 y 8 de enero respectivamente. El día 9, con la conquista de la Cuesta de las Perdices y el Cerro del Águila, la ofensiva franquista se detiene. Los contraataques republicanos de los días siguientes, a pesar de algunos éxitos puntuales, no lograran expulsar al enemigo de sus posiciones conquistadas y finalmente, el 16 de enero de 1937, la Batalla de La Carretera de La Coruña llega a su fin.
Las tropas franquistas habían logrado avanzar unos 20 kilómetros, conquistando media docena de pueblos y alcanzando la ansiada carretera de La Coruña, ocupándola desde Las Rozas hasta la Cuesta de las Perdices. De esta manera lograban asegurar su flanco izquierdo. Los republicanos, una vez más, habían salvado la capital y, aunque la carretera había sido cortada, quedaba garantizada la comunicación con las guarniciones y los suministros de la sierra por las carreteras secundarias que atravesaban el Monte de El Pardo. La batalla, que había durado cerca de un mes y medio, había supuesto un increíble desgaste para ambos bandos. El número de bajas, como siempre, resulta problemático. Algunos autores hablan de varios miles, entre los muertos, heridos, desaparecidos y prisioneros de ambos bandos. Sea o no exagerada esta cifra, no cabe duda de que fueron muchos cientos los que cayeron para siempre en aquellas jornadas de frío, niebla, furia y fuego.
JAVIER M. CALVO MARTÍNEZ
Mapas: "La guerra civil española mes a mes, nº 8", Biblioteca El Mundo. Basados en los trabajos de J. M. Martínez Bande y en los croquis de de J. A. Hernández Serrano.
Lo que comúnmente se conoce como la Batalla de la Carretera de La Coruña consistió, en realidad, en una serie de operaciones militares cuya iniciativa partió, en su mayor parte, del ejército franquista. Fracasado el ataque frontal contra Madrid, Franco y sus generales planifican un ataque envolvente por el oeste de la capital con el objetivo principal de cortar las comunicaciones republicanas con la sierra (aislando así a las tropas enemigas allí desplegadas, y privando a la ciudad de los suministros de electricidad y agua de los embalses), intentando aliviar a la vez la delicada situación en que se encuentran sus tropas en el frente de la capital (Ciudad Universitaria, Casa de Campo, Campamento...) , sin rechazar, si se veía posible, un nuevo intento de atacar Madrid, esta vez por el noroeste.
El primer ataque va efectuarse el 29 de noviembre de 1936. Tres columnas al mando del general Varela reciben la orden de ocupar la línea formada por Húmera, Pozuelo y su estación, Aravaca, Cuesta de Las Perdices y Cerro del Águila, cortando la carretera de La Coruña y tomando el Pardo, para lanzarse sobre Madrid. Los legionarios y las tropas marroquíes se lanzan con decisión al combate, consiguiendo algunas posiciones importantes, pero terminan chocando con una tenaz resistencia de los republicanos que tras jornadas de intensos combates, en los que se verán obligados a retirarse a las afueras de Humera perdiendo también puntos importantes de Pozuelo, lograrán neutralizar la ofensiva enemiga.
Sin embargo, Franco no se deja contrariar por este primer fracaso y planifica una nueva operación para romper la línea de frente y alcanzar el objetivo de la carretera de La Coruña. De nuevo, tres columnas van a entrar en acción con el mismo objetivo, pero esta vez ampliando el arco de maniobra 12 km. más al oeste. La ofensiva partiría de Quijorna, Brunete y Villaviciosa de Odón para tomar Boadilla del Monte, Villanueva de la Cañada y Villanueva del Pardillo, alcanzando la carretera de La Coruña a la altura de Las Rozas y Majadahonda para desde aquí converger sobre la capital. Se trataba de una amplia maniobra con un complejo desarrollo que alejaba las operaciones varios kilómetros de Madrid, llevando la lucha a campo abierto, donde las tropas franquistas se habían mostrado muy superiores a las republicanas.
El 14 de diciembre se inicia el avance franquista, comienza así lo que se ha denominado la Batalla de la Niebla, por estar ésta muy presente a lo largo de los combates. Las tropas de Varela, tras jornadas de furiosos ataques y contraataques, conseguirán asegurar las conquistas de Boadilla del Monte y Villanueva de la Cañada, de donde ya no serán capaces de pasar. Era el 23 de diciembre de 1936 y el segundo intento de cortar la Carretera de La Coruña había fracasado nuevamente.
Los combatientes republicanos iban ofreciendo cada vez una resistencia más fuerte y organizada, perdían terreno, pero a cambio de infligir muchas bajas a los atacantes, defendiendo correosa y obstinadamente las posiciones y contraatacando con decisión cuando tenían ocasión. Por su parte, las fuerzas franquistas habían fracasado dos veces en sus objetivos, pero no estaban dispuestas a renunciar. Eran tropas muy fogueadas, con una gran experiencia de combate y, a pesar de las muchas bajas sufridas, sobradas de decisión y coraje. Ambos bandos, conscientes de lo mucho que se estaban jugando en el noroeste madrileño, habían ido incrementando sus fuerzas, consolidando, dentro de sus posibilidades, sus respectivos frentes.
El corte de la Carretera de La Coruña constituía un objetivo primordial para los franquistas, por ello, a principios de enero de 1937 volverían a intentarlo. Entre ellos, posiblemente alguno pensaría en el clásico dicho: “a la tercera va la vencida”. Para ello concentrarían la fuerza más grande empleada hasta aquél momento: la División Reforzada de Madrid, unos 25.000 hombres, apoyados por una importante masa artillera y aviación al mando del general Orgaz, a la que se sumaban los efectivos de la Legión Cóndor alemana. Frente a esta fuerza los republicanos tenían desplegadas en el terreno a la 8ª y 5ª División, fruto de los esfuerzos del mando de la defensa de Madrid por militarizar a las milicias y dotarse de un ejército profesional, pero cuya organización no se había finalizado por completo, contando por ello con numerosas carencias.
El 3 de enero los franquistas rompen nuevamente el frente. Conquistan Villafranca del Castillo, Majadahonda, Las Rozas, el Plantío y avanzan sobre Madrid por la Carretera de La Coruña para enlazar con las tropas que atacan Pozuelo y Aravaca, pueblos que serán ocupados los días 7 y 8 de enero respectivamente. El día 9, con la conquista de la Cuesta de las Perdices y el Cerro del Águila, la ofensiva franquista se detiene. Los contraataques republicanos de los días siguientes, a pesar de algunos éxitos puntuales, no lograran expulsar al enemigo de sus posiciones conquistadas y finalmente, el 16 de enero de 1937, la Batalla de La Carretera de La Coruña llega a su fin.
Las tropas franquistas habían logrado avanzar unos 20 kilómetros, conquistando media docena de pueblos y alcanzando la ansiada carretera de La Coruña, ocupándola desde Las Rozas hasta la Cuesta de las Perdices. De esta manera lograban asegurar su flanco izquierdo. Los republicanos, una vez más, habían salvado la capital y, aunque la carretera había sido cortada, quedaba garantizada la comunicación con las guarniciones y los suministros de la sierra por las carreteras secundarias que atravesaban el Monte de El Pardo. La batalla, que había durado cerca de un mes y medio, había supuesto un increíble desgaste para ambos bandos. El número de bajas, como siempre, resulta problemático. Algunos autores hablan de varios miles, entre los muertos, heridos, desaparecidos y prisioneros de ambos bandos. Sea o no exagerada esta cifra, no cabe duda de que fueron muchos cientos los que cayeron para siempre en aquellas jornadas de frío, niebla, furia y fuego.
JAVIER M. CALVO MARTÍNEZ
Mapas: "La guerra civil española mes a mes, nº 8", Biblioteca El Mundo. Basados en los trabajos de J. M. Martínez Bande y en los croquis de de J. A. Hernández Serrano.
El padre de un amigo fué superviviente republicano de la batalla en el cerro de las perdices, sabe que en el diario ahora o la hora, publicaron un articulo con fotografia de los supervivientes.
ResponderEliminarLe interesa saber concretamente que diario es.
Hola Luis Francisco:
ResponderEliminarEl diario "Ahora" se editaba en Madrid en los años treinta. Durante la guerra siguió publicándose en zona republicana. Tenía unas doce páginas y contenía gran cantidad de fotos. Es facil de consultar en las hemerotecas. Recomiendo la Hemeroteca Municipal (Conde Duque), más accesible y facil que la Hemeroteca Nacional (Biblioteca Nacional). No debería de resultar demasiado complicado consultar los números en torno al 9 de enero de 1937 (ocupación franquista de la Cuesta de las Perdices) y dar con la foto que mencionas.
Suerte y buena búsqueda.
muy útil este blog. ¡Un gran trabajo y felicidades!
ResponderEliminarMuchas gracias por su amable comentario. Es muy gratificante saber que lo que uno escribe resulta de interés para otras personas.
EliminarReciba un cordial saludo.
Javier M. Calvo Martínez (Blog Frente de Batalla)