EL MAUSER ESPAÑOL 7 mm O "CHOPO"
La munición consistía en cartuchos de latón con forma abotellada, fulminante tipo Berdan y pólvora sin humo a base de nitrocelulosa. El proyectil, que podía alcanzar unos 2000 m con una trayectoria increíblemente tensa, era de punta redondeada, con un núcleo de plomo que, debido a la gran velocidad que alcanzaba (unos 800 m/seg.), estaba niquelado o encamisado en bronce.
En 1936, el Mauser español Modelo 1893 de 7 mm. era el fusil reglamentario del Ejército Español. El origen de este arma se sitúa en los últimos años del siglo XIX, cuando España acomete el proyecto (con algo de retraso con respecto a otros países europeos) de dotar a sus fuerzas armadas de un cartucho de guerra que sustituyera a los viejos monotiros de pólvora negra. De esta manera, en 1893 aparece el Mauser español de 7mm, con un peso de 3,95 Kg y una longitud de 123,5 cm, con cerrojo y depósito para cinco cartuchos de capacidad en fila, lo que va a suponer una revolución en las tropas españolas, que comenzarán a usarlo en las guerras de ultramar y África. Los soldados llamaban a este fusil "el chopo", y su uso fue muy común entre ambos ejércitos durante la guerra civil.
Este arma de fuego se completaba con una bayoneta, que podía ser de las denominadas "cuchillo-bayoneta", o de las de tipo "machete" (de hoja más larga). De esta manera, podía ser utilizado en el combate cuerpo a cuerpo y en cargas a la bayoneta.
La munición consistía en cartuchos de latón con forma abotellada, fulminante tipo Berdan y pólvora sin humo a base de nitrocelulosa. El proyectil, que podía alcanzar unos 2000 m con una trayectoria increíblemente tensa, era de punta redondeada, con un núcleo de plomo que, debido a la gran velocidad que alcanzaba (unos 800 m/seg.), estaba niquelado o encamisado en bronce.
El uso de esta munición en armas automáticas resultó ser problemático, pues se encasquillaba con facilidad. Por este motivo, en 1913 se diseñó un nuevo proyectil con forma ojival que facilitaba el automatismo de las ametralladoras y fusiles ametralladores. Este tipo de bala se denominó de tipo "P" y podía ser utilizado indistintamente por fusiles y armas automáticas, aunque la de forma redondeada fue siempre de uso mayoritario.
Recorriendo los escenarios de la guerra pueden encontrarse gran variedad de vainas y proyectiles de Mauser 7 mm.: Mexicanos, alemanes, checos… y, por supuesto, españoles. Estas últimas suelen proceder de Toledo (marcaje FNT), Palencia (FNP) y Sevilla (PS), si bien, es frecuente encontrar casquillos sin marcaje (forma de ocultar su origen) o con marcajes cuya procedencia es difícil de precisar (por ejemplo la marca M, de origen poco claro). Las fechas de fabricación que aparecen en los culotes nos demuestran que en la guerra civil española se utilizó armamento muy antiguo, excedentes de la I ª Guerra Mundial y, muchas veces, material de desecho almacenado durante décadas.
Paseando con calma y atención por los viejos campos de batalla, y con un poco de suerte, pueden encontrarse vainas, peines-cargadores y balas que, en su día, no encontraron ningún objetivo, quedando tiradas en el suelo a merced del tiempo y la erosión. Vestigios de una guerra en la que los combatientes disparaban sus fusiles, atacando o defendiéndose de un enemigo que hacía lo propio. Unos vestigios de un tiempo pasado, pero cuyas huellas aun perduran en los campos del noroeste de Madrid, apareciendo, de vez en cuando, a los ojos atentos del paseante, como recordatorio de unos días bélicos cada vez más lejanos y olvidados.
JAVIER M. CALVO MARTÍNEZ
JAVIER M. CALVO MARTÍNEZ
Fotografía 1) Cartuchos y vainas de mauser 7 mm. encontradas en el noroeste de Madrid (JMCM)
Fotografía 2) Peines/cargadores de mauser 7 mm. encontrados en el noroeste de Madrid (JMCM)
Fotografía 2) Peines/cargadores de mauser 7 mm. encontrados en el noroeste de Madrid (JMCM)
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