En los libros de historia se habla con frecuencia de la ayuda militar que la URSS proporcionó a la República durante la guerra civil. Existe mucho escrito al respecto: documentos de todo tipo, estudios serios, teorías bien argumentadas… también hay mucha literatura y fantasías de todo tipo elaborada al respecto por uno y otro bando.
La cantidad de material que llegó a España, lo que costó esa “ayuda”, el tipo de armamento que la URSS entregaba, etc., etc., todo ello forma parte del debate y la investigación historiográfica, todo ello resulta de especial interés para el conocimiento y comprensión de aquella época.
Sabiendo esto, no es extraño que cuando un día, paseando por el campo, uno se encuentra una vieja y oxidada vaina de munición Mosin Nagant, no pueda evitar sentir algo especial. De repente, todo lo que uno ha leído sobre el tema se materializa en un pequeño trozo metálico, tirado en el suelo durante setenta años esperando a que tú lo encuentres. Automáticamente se establece una especie de nexo de unión entre el pasado y el presente, y tu mente comienza a pensar en cosas: ¿qué ocurrió aquí?, ¿quién disparó aquella bala?, ¿contra quien iba dirigida?,...
El fusil Mosin Nagant, calibre 7,62x54R, fue uno de los más utilizados durante la guerra civil española. Su origen se remontaba a 1891, experimentando diversas modificaciones en los años treinta del siglo XX. A los seis meses de comenzado el conflicto, este fusil empezó a llegar en grandes cantidades a España, si bien, al principio la URSS aprovechó la ocasión para desprenderse de los lotes más viejos y anticuados (modelo 1891), antes de comenzar a enviar los más modernos (modelo 1930 y 1938), convirtiéndose, posiblemente, en el fusil más ampliamente utilizado por el Ejército Popular de la República.
Su aspecto resultaba algo arcaico ya en la época, debido, sobretodo, a la bayoneta del tipo cubo (51 cm.) que utilizaba. Una bayoneta de punta plana (para ser utilizada como destornillador) que, a falta de funda se llevaba colocada en el mismo cañón del fusil, pero al revés, armándola al derecho al llegar el momento de calar bayonetas. Sin embargo, esta imagen obsoleta no se correspondía con su gran eficacia, especialmente a gran distancia. Su proyectil, de tipo ojival, era más ligero que el de otros calibres similares, pero efectuaba unas trayectorias muy firmes, sin apenas desviación o alteración, a unos 800 m/seg. En la Segunda Guerra Mundial, el ejército soviético perfeccionó un modelo de precisión con mira telescópica que fue el preferido de los francotiradores (ver película “Enemigo a las puertas”).
En el culote aparece (no siempre) el marcaje con el año y el lugar de fabricación. Y es, en este aspecto, en donde la vaina te habla. Consultando los catálogos de armamento puedes interpretar los caracteres grabados y descubrir, con cierta sorpresa, que en tus manos tienes munición fabricada en 1930, en 1935, en el 37…, en lugares que casi no puedes ni pronunciar, como la Fábrica Estatal de Barnaul, en Novosibirsk (marcaje 17), o Zadov Volodarskogo, en la Planta de Ylianovsk (marcaje 3B). Muchos años y muchos kilómetros separan la fabricación de esa bala del momento en que la encuentras, y muchas son también las sensaciones y pensamientos que el hallazgo te causa.
Pasear por las viejas trincheras, por los solitarios pastizales que un día fueron campo de batalla, por las modestas lomas y crestas del terreno por cuyo control se mataron los combatientes hace setenta años, en ocasiones, puede ofrecer sorpresas. Pequeñas pruebas y evidencias de que aquello que has leído en los libros ocurrió de verdad.
JAVIER M. CALVO MARTÍNEZ
La cantidad de material que llegó a España, lo que costó esa “ayuda”, el tipo de armamento que la URSS entregaba, etc., etc., todo ello forma parte del debate y la investigación historiográfica, todo ello resulta de especial interés para el conocimiento y comprensión de aquella época.
Sabiendo esto, no es extraño que cuando un día, paseando por el campo, uno se encuentra una vieja y oxidada vaina de munición Mosin Nagant, no pueda evitar sentir algo especial. De repente, todo lo que uno ha leído sobre el tema se materializa en un pequeño trozo metálico, tirado en el suelo durante setenta años esperando a que tú lo encuentres. Automáticamente se establece una especie de nexo de unión entre el pasado y el presente, y tu mente comienza a pensar en cosas: ¿qué ocurrió aquí?, ¿quién disparó aquella bala?, ¿contra quien iba dirigida?,...
El fusil Mosin Nagant, calibre 7,62x54R, fue uno de los más utilizados durante la guerra civil española. Su origen se remontaba a 1891, experimentando diversas modificaciones en los años treinta del siglo XX. A los seis meses de comenzado el conflicto, este fusil empezó a llegar en grandes cantidades a España, si bien, al principio la URSS aprovechó la ocasión para desprenderse de los lotes más viejos y anticuados (modelo 1891), antes de comenzar a enviar los más modernos (modelo 1930 y 1938), convirtiéndose, posiblemente, en el fusil más ampliamente utilizado por el Ejército Popular de la República.
Su aspecto resultaba algo arcaico ya en la época, debido, sobretodo, a la bayoneta del tipo cubo (51 cm.) que utilizaba. Una bayoneta de punta plana (para ser utilizada como destornillador) que, a falta de funda se llevaba colocada en el mismo cañón del fusil, pero al revés, armándola al derecho al llegar el momento de calar bayonetas. Sin embargo, esta imagen obsoleta no se correspondía con su gran eficacia, especialmente a gran distancia. Su proyectil, de tipo ojival, era más ligero que el de otros calibres similares, pero efectuaba unas trayectorias muy firmes, sin apenas desviación o alteración, a unos 800 m/seg. En la Segunda Guerra Mundial, el ejército soviético perfeccionó un modelo de precisión con mira telescópica que fue el preferido de los francotiradores (ver película “Enemigo a las puertas”).
En el culote aparece (no siempre) el marcaje con el año y el lugar de fabricación. Y es, en este aspecto, en donde la vaina te habla. Consultando los catálogos de armamento puedes interpretar los caracteres grabados y descubrir, con cierta sorpresa, que en tus manos tienes munición fabricada en 1930, en 1935, en el 37…, en lugares que casi no puedes ni pronunciar, como la Fábrica Estatal de Barnaul, en Novosibirsk (marcaje 17), o Zadov Volodarskogo, en la Planta de Ylianovsk (marcaje 3B). Muchos años y muchos kilómetros separan la fabricación de esa bala del momento en que la encuentras, y muchas son también las sensaciones y pensamientos que el hallazgo te causa.
Pasear por las viejas trincheras, por los solitarios pastizales que un día fueron campo de batalla, por las modestas lomas y crestas del terreno por cuyo control se mataron los combatientes hace setenta años, en ocasiones, puede ofrecer sorpresas. Pequeñas pruebas y evidencias de que aquello que has leído en los libros ocurrió de verdad.
JAVIER M. CALVO MARTÍNEZ
Fotografía: Munición Mossin Nagant en diferente estado de consertvación recogida en el noroeste de Madrid (JMCM)
Muchas gracias por esta publicación. Podrías decirme algún catálogo donde venga donde interpretar los caracteres grabados?
ResponderEliminarHola Sally20m
ResponderEliminarPuedes echar un ojo a la web:
http://www.municion.org/
Un ejemplo respecto de esa web al Mosin Nagant:
http://municion.org/762x54r/762x54r.htm
En cuanto a libros publicados, creo que el mejor y más completo es:
PALOMAR, J. M. Y NEL-LO NAVARRO, “Símbols en el ferro. Corpus de municions de la guerra civil espanyola (1936-1939)”, Edt. Base, Barcelona, 2008.
Espero que te sean de ayuda.
Un saludo y gracia por tu comentario