viernes, 11 de septiembre de 2009

48) Posición Rubio





POSICIÓN RUBIO

Finalizados los combates de enero de 1937, ambos ejércitos comenzaron a fortificar su territorio en la zona noroeste de Madrid. Pero una cosa es la ocupación teórica de un territorio y otra muy distinta conseguir un eficaz control del mismo. La línea de frente que poco a poco se fue desarrollando fue el resultado de un largo proceso de trabajos, golpes de mano y acciones locales desarrolladas a lo largo de toda la guerra. En líneas generales, se tardo bastante en establecer un frente sólido y bien fortificado. Incluso, en algunas zonas y durante cierto tiempo, costó bastante el poder definirlo claramente.

El sector de Las Rozas fue uno de los de mayor contacto con el enemigo. Las tropas franquistas habían ocupado el pueblo y su estación el 4 de enero de 1937, sin que los esfuerzos republicanos por recuperar el terreno perdido hubieran tenido éxito. Desde el caserío de Las Rozas, el frente discurría hacia el Oeste, con la carretera de El Escorial como divisoria aproximada del mismo, hasta el Vértice Cumbre, una de las posiciones más importantes del dispositivo franquista. Desde aquí, la primera línea de fuego discurría en paralelo a la carretera de Villanueva del Pardillo (actual M-851), donde se fueron construyendo importantes centros de resistencia hasta las posiciones de Cabeza Negra, ya en Majadahonda. Por su parte, los republicanos tenían el Arroyo de la Puentecilla como eje principal de su línea de resistencia hasta la carretera de El Escorial, frente a la cual fueron estableciendo sus defensas en dirección a Las Rozas, rodeando el pueblo hasta enlazar con las posiciones de El Pardo.

La zona comprendida entre el Vértice Cumbre y el pueblo de Las Rozas fue una de las más calientes a lo largo de la guerra. La carretera de El Escorial (más o menos desde su kilómetro 1 al kilómetro 3) se convirtió en una tierra de nadie que dividía a ambos ejércitos. Las pocas alturas que podían dominar el terreno fueron objeto de una constante lucha por lograr su control, lo que supuso abundantes golpes de mano y acciones de combate de cierta envergadura. La gran proximidad a la que se encontraban los contrincantes (apenas unas decenas de metros en algunos puntos) facilitó una constante actividad de minas y contraminas. Toda la zona fue objeto de un constante forcejeo, en el que la sangre corría por dominar un pequeño puñado de tierra.

Uno de los puntos más disputados fue la loma que en los mapas recibe el nombre de Cerro Alto y que en los documentos militares de la época aparece como Cota 720. Ubicada en torno al kilómetro 2,500 de la carretera de El Escorial, suponía un punto de gran importancia estratégica, pero su control eficaz resultaba realmente complicado para uno y otro ejército. Es por ello que esta zona será objeto de reiterados ataques y contraataques, un pulso intenso que supondrá una constante ganancia y pérdida de pequeños palmos de terreno.

A finales del verano de 1938, este sector del frente estaba protegido por la 20 División del Primer Cuerpo del Ejército Nacional, constituyendo el Centro de Resistencia “D”. Las posiciones republicanas en Cerro Alto y en el Barranco de Mataborricos suponían un verdadero problema para los franquistas, un punto débil entre el Vértice Cumbre y la denominada Loma de Caballería (en las ondulaciones que dominaban el acceso al caserío de Las Rozas, totalmente urbanizadas hoy en día). Para intentar resolver esta situación de una forma definitiva, el Mando Nacional planificó una acción de combate encaminada a ocupar la Cota 720 y establecer en ella una posición fuerte frente al enemigo.

De esta manera, en la noche del 31 de agosto de 1938, una Sección Ofensiva y dos Secciones de Zapadores del Ejército Nacional entran en acción y consiguen ocupar puestos avanzados en Cerro Alto, procediendo a su inmediata fortificación. La reacción republicana no se hace esperar y en la noche del 1 al 2 de septiembre comienzan los ataques para intentar desalojar a los franquistas de sus nuevas posiciones. La Orden de Operaciones de la 111 Brigada Mixta, fechada el 1 de septiembre de 1938, ordena la misión de “Desalojar al enemigo de las posiciones que ocupó en la noche anterior”. Para ello dispone:

“A las 17 horas 30 minutos la Agrupación de Morteros de la Brigada, emplazada en las inmediaciones del Canal Viejo del Guadarrama al final del Arroyo de Mataborricos, efectuará corrección de tiro y fuego de hostigamiento sobre las posiciones enemigas anteriormente citadas. El resto de la Agrupación más tres piezas del 81 agregadas de la 44 Brigada y emplazadas en las inmediaciones de Casa Curia harán fuego sobre las posiciones mencionadas y Casa de Peones Camineros de Las Rozas respectivamente.

Con el apoyo de estos fuegos y el que a continuación marcaré para las ametralladoras y el apoyo de la artillería Divisionari,a a las 20 horas 30 minutos la Sección de Especialidades de la Brigada junto a una compañía del 444 Batallón atacarán la posición enemiga, partiendo media Sección de Especialidades y una compañía del 444, de la base de partida en el Arroyo de Mataborricos hacia el Sur, cruzando la carretera un pelotón por el puente del kilómetro 2,350 de la Carretera de El Escorial; el resto de la Sección y la media de Especialidades se dirigirán al ataque por encima de la carretera a dicha posición. El movimiento del pelotón del ala izquierda será envolvente.

La 2ª Sección de la compañía iniciará el ataque partiendo desde la base por el kilómetro 3,200 de dicha carretera en dirección NO-SE, procurando bordear la posición enemiga por el flanco Sur para enlazar con las fuerzas que atacan por el flanco izquierdo. La 3ª Sección ocupará la trinchera en construcción desde las líneas propias a la posición enemiga y los fortines empezados a construir a inmediaciones de la carretera. Esta será la Sección de reserva de la Compañía. El esfuerzo principal corresponderá a las fuerzas atacantes del flanco izquierdo”.


Aquella noche fue movidia. Los republicanos, tras una intensa preparación artillera, atacan con decisión, pero las tropas franquistas se defienden con energía y aunque están a punto de perder la posición en diferentes momentos, la llegada de refuerzos logra neutralizar el ataque enemigo. En el Parte de los Combates de la 20 División Nacional se informa:

“En la noche del 1 al 2 de septiembre fue atacada la posición por el enemigo que intentó siete veces el asalto, siendo en todas rechazado. Antes del segundo ataque, había sido reforzada la guarnición con otra Sección Ofensiva y al amanecer, coincidiendo con el último asalto, con una tercera. Estos ataques impidieron el trabajo de los zapadores que, no obstante, construyeron 130 m de camino cubierto de acceso a la posición”.

Por su parte, en el Parte de Operaciones de la 111 Brigada Mixta podemos leer:

“A las 20:30 horas se inició un golpe de mano con objeto de desalojar al enemigo de las posiciones que ocupó en la noche anterior. Dicha maniobra se llevó a cabo previa preparación de mortero, efectuando el ataque fuerzas de la 4ª Compañía del 444 Batallón y el Grupo de Especialidades de la Brigada, llegando estas hasta la alambrada enemiga, pero debido al intenso fuego de fusilería y granadas de mano, apoyados por el de enfiladas desde los otros fortines enemigos, se vio obligada a replegarse. Reorganizada nuevamente intentó dos veces ocupar la posición, consiguiéndolo únicamente en parte (…) Ante nuestro ataque, el enemigo recibió refuerzos en cantidad superior a dos Compañías realizando cinco contraataques que fueron totalmente rechazados, causándole regular número de bajas y dejando abandonados en el campo cuatro cadáveres. Las bajas enemigas pasan del medio centenar”.

Los combates continuaron durante la noche del 2 al 3 de septiembre, pero los franquistas no pudieron ser desalojados. Las bajas (muertos, heridos, prisioneros y desaparecidos) fueron numerosas en uno y otro bando, quedando varios muertos enganchados a las alambradas de espino y esparcidos por el terreno, que tardaron en poder ser retirados. Entre los republicanos, el Batallón 444 de la 111 Brigada Mixta, al corresponderle el esfuerzo principal, fue el que más daño sufrió. Los nacionales tuvieron importantes bajas en todos los Batallones que participaron en la acción (Batallones 10º de Pavía, 3º de Lepanto y 4º de Toledo). Quizás, la pérdida más significativa fue la del Alférez del 4º Batallón de Toledo, Don Juan Galán Rubio, muerto por bala enemiga, y que mereció la calificación de “Distinguido” por su actuación en el combate. Precisamente, en recuerdo de Juan Galán Rubio, la nueva posición recibió el nombre de “Posición Rubio”.

Aunque los ataques republicanos de los días 1, 2 y 3 de septiembre no tuvieron éxito y los zapadores franquistas procedieron a un intenso trabajo de fortificación, la Posición Rubio fue constantemente hostigada, haciéndose muy delicada y peligrosa la situación de las tropas que en ella se encontraban. El hostigamiento de fusiles y armas automáticas, el fuego artillero y de morteros y diferentes golpes de mano, en los que se recurrió al uso de galerías subterráneas (minas) para volar la posición, crearon una situación insostenible para los defensores de la Posición Rubio. Tal fue así, que para octubre de 1938, el Mando Nacional ordena la destrucción de las fortificaciones construidas y el repliegue de la Posición Rubio 200 metros a retaguardia, en un punto más defendible.

En esta nueva ubicación se procede a un intenso trabajo de fortificación, construyéndose refugio subterráneo, trincheras y dos nidos de hormigón para arma automática, cuyos restos aun pueden verse. Estos trabajos fueron realizados por la 22 Compañía del Batallón de Zapadores nº 8, que dejaron su “firma” en sendas placas situadas sobre los accesos a los dos fortines.

He visitado lo que queda de la Posición Rubio con frecuencia. Cerro Alto y la Cota 720 han sufrido una radical transformación. Junto al descontrolado y habitual vertido de escombros y otros residuos, toda la zona ha sido profundamente modificada. La ampliación de la carretera de El Escorial y la construcción del Polígono Industrial de Las Rozas supuso la destrucción parcial de Cerro Alto. Pero ha sido la construcción de la M-50, sus salidas y accesos, lo que ha supuesto los deslomes más importantes. El cerro ha sido cortado “a cuchillo” en diferentes puntos y atravesado por carreteras, lo que hace muy difícil hacerse una idea de cómo era el lugar en los años treinta del siglo pasado. Como indicaba antes, quedan los fortines que, aunque inundados de arena y basuras, constituyen un buen recuerdo de aquellos días de guerra. Todo ha cambiado mucho, pero conociendo un poco de lo que se vivió aquí, resulta inevitable imaginar y evocar a sus protagonistas. Muchos de ellos anónimos y desconocidos, olvidados para siempre en los pliegues del pasado. De otros, como el Alférez que dio nombre a esta posición, nos han llegado algunas referencias.

Estremece el pensar que sobre este mismo suelo que hoy piso, se sucedieron brutales combates a vida o muerte.

JAVIER M. CALVO MARTÍNEZ

Fotografía 1: Uno de los fortines que aun se conservan en la Posición Rubio (JMCM)
Fotografía 2: Una de las placas alusivas a la compañía de zapadores (JMCM)
Fotografía 3: Algunos de los restos encontrados al pasear por la Posición Rubio (JMCM)

Documentación procedente del AGMA

3 comentarios:

  1. Éste artículo, escrito por Javier M. Calvo Martínez, ampliado, corregido y con las correspondientes notas a pie de página, bibliografía y otras referencias de interés, ha sido publicado en el número 17 de la revista “Frente de Madrid”, publicada en mayo de 2010 por GEFREMA (Grupo de Estudios del Frente de Madrid).

    Interesados en esta revista, o en cualquier otra de las publicaciones de GEFREMA, consultar el enlace:

    http://www.gefrema.org/publicaciones.htm

    Todas ellas merecen la pena.

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  2. LA ASOCIACIÓN HISTÓRICO-CULTURAL CIERZO ORGANIZA VISITAS GUIADAS POR A LA "POSICIÓN RUBIO" Y A OTRAS POSICIONES DE LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA. INTERESADOS CONSULTAR SU WEB:

    http://asociacioncierzo.net/

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  3. Yo soy descendiente del Alférez Juan Manuel Galán Rubio. Era uno de los 4 hermanos varones, de mi abuela materna, y está enterrado, junto a dos de sus soldados, en el cementerio de su localidad natal. Bienvenida (Badajoz). Gracias por la reseña. Juan Cortés.

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