LA CRUZ DE HIERRO ALEMANA EN VILLANUEVA DEL PARDILLO
Hasta bien entrados los años noventa del siglo pasado, existía en Villanueva del Pardillo una estela funeraria en memoria de un miembro de la Legión Cóndor muerto en combate el 14 de enero de 1937, es decir, durante la última fase de la batalla de la carretera de La Coruña.
En esta estela, encabezada con el grabado de una cruz de hierro (la "Eisemes Kreuz" alemana) podía leerse, si bien algo deteriorada, la siguiente inscripción:
“Hier……….in [Kampf] / fuer ein freies S[panien] / Rudi Eppert / + 14 enero 1937 F/88 / Muerto por Dios y por España”.
O lo que es lo mismo:
“Aquí cayó en combate / por una España libre / Rudi Eppert / + 14 enero 1937 F/88 / Muerto por Dios y por España”.
Desconozco cual ha sido el destino de esta placa que, en algún momento, alguien debió de considerar poco apropiada para que permaneciera en la avenida principal del pueblo. Puede que, como ha sucedido con otras similares, haya ido a parar a un museo, o quizás, permanezca olvidada en algún almacén municipal.
Durante mucho tiempo creí que dicha estela hacía alusión a un piloto de la Legión Cóndor cuyo caza había sido derribado en combate, e imaginaba espectaculares duelos aéreos en los cielos de Villanueva del Pardillo entre los Heinkel He-51 alemanes y los Polikarpov I-15 (“Chato”) soviéticos. Pero estaba equivocado.
Combates aéreos los hubo, pero la estela funeraria no correspondía a un piloto de caza, sino a un soldado de las defensas antiaéreas, pues, como posteriormente he podido comprobar, el Batallón Motorizado de Artillería Antiaérea de la Legión Cóndor recibía el nombre de Flak-Abteilung (mot.) F/88
Como es de sobra conocido, la Legión Cóndor fue el nombre con el que se bautizó al Cuerpo de Voluntarios de la Luftwaffe que intervino en la guerra civil española a favor de las tropas de Franco. Dentro del organigrama de las Fuerzas Aéreas Alemanas, a la Legión Cóndor se le asignó el número 88.
Ramón Hidalgo Salazar, que fue oficial del Ejército del Aire, en su libro “La ayuda alemana a España 1936-39”, escribe que esta unidad:
“Se creó en virtud del propósito de Alemania de mantener en España un centenar aproximado de aviones, mientras durase la contienda, tras la petición de ayuda por parte de Franco. Constituyó una gran unidad con mando y personal propios, ya que se trataba de militares profesionales procedentes de la Wehrmacht. Aunque considerado como un Organismo exclusivamente aéreo, se encuadraron también en la Cóndor unidades de artillería antiaérea, cañones antitanques, tanques, transportes y elementos de tierra y de marina.”
La creación y organización de la Unidad 88, así como su actuación en España (especialmente en los primeros meses de la contienda), se intentó mantener en la mayor discreción posible. Hitler y sus generales, vieron en España el lugar idóneo donde ensayar el conflicto mundial que se avecinaba. Aproximadamente, se calcula que fueron unos 16.000 los hombres que formaron parte de esta unidad, aunque sólo entre 6.000 y 6.500 llegarían a luchar al mismo tiempo.
Desde el comienzo de la contienda, el gobierno alemán (al igual que el italiano) se mostró muy partidario de apoyar a los sublevados en todo lo que necesitasen (material de guerra, combustible, equipos…). Este apoyo se fundamentaba en aspectos ideológicos, militares, y económicos.
Además de una pretendida lucha contra la expansión del comunismo, Hitler vio en la guerra civil española una magnífica oportunidad para probar y experimentar armas, equipos y técnicas bélicas en condiciones reales de guerra.
Especialmente importante fue, al comienzo de la contienda, el puente aéreo (considerado el primero de la historia), establecido por aviones alemanes e italianos, para que el Ejército de África pudiera llegar a la península sorteando el bloqueo de la Marina republicana en el estrecho de Gibraltar.
Pero la ayuda prestada por los nazis a los sublevados no iba a ser gratis. Además de convertir a España en un campo de pruebas, Hitler no quiso desaprovechar la oportunidad de conseguir importantes beneficios económicos que favorecieran su carrera armamentística.
Según algunos estudios, los servicios prestados por el III Reich a Franco, costaron a España más de 500 millones de marcos, unos 1.650 millones de pesetas, de aquella época, (que cada uno haga sus cálculos en euros). Los cuales, tuvieron que ser satisfechos al gobierno alemán a todo lo largo de la guerra civil española y parte de la Segunda Guerra Mundial. La deuda fue cubierta en metálico y por contrapartidas en alimentos, manufacturas, productos industriales y minerales. Algo, esto último, de gran interés para el rearme de Alemania.
El 1 de noviembre de 1936, la Legión Cóndor embarca en el puerto de Hamburgo, y los días 6 y 7 del mismo mes, los primeros 6.500 hombres que componían la Unidad, más el material que la acompañaba, desembarcan en suelo español. A su mando, se encontraba el mayor general Hugo von Sperrle (que en España tomaría el seudónimo de "Sander"), con el coronel Wolfran Freiher von Richthofen, como jefe de su Estado Mayor.
Volviendo al libro de Ramón Hidalgo Salazar podemos leer:
“La Legión Cóndor, si bien con sus mandos alemanes, quedó adscrita a las órdenes de operaciones que dimanaban del jefe de la Aviación Nacional, general Kindelán, según lo acordado. Sólo en contadas ocasiones actuó en formaciones independientes.
La agrupación de tanques, sin embargo, intervino desde el primer momento afecta y en combinación con las unidades de tierra españolas, bajo las directrices de los estados mayores de las mismas, contando con dotaciones y mandos subalternos mixtos (germano-españoles), una vez instruido el personal español.”
En el frente de Madrid, las primeras escuadrillas de aviones de la Legión Cóndor hicieron su aparición el día 18 de noviembre de 1936, con una serie de bombardeos sobre la capital en los que intervinieron cerca de cincuenta Ju-52 (acciones que se repetirán sin interrupción hasta el día 22). Produciéndose también, en los cielos madrileños, los primeros duelos entre cazas, que serían seguidos con verdadero entusiasmo y curiosidad por los madrileños.
El 18 de noviembre, una escuadrilla de aviones alemanes efectuó un ataque masivo sobre el aeródromo de Alcalá de Henares, que sufrió serios daños. Sería también en esos días, cuando en el sector Húmera-Pozuelo, actuaron, con nefastos resultados para los alemanes, los tanques “Panzer I”, que se enfrentaron con los T-26 de fabricación soviética, en el que está considerado el primer combate entre blindados de la historia (ver el apartado de este blog, “DUELO DE BLINDADOS”).
Durante la batalla de la carretera de La Coruña, la Legión Cóndor jugó un muy papel destacado. Especialmente entre los días 3 y 16 de enero (última fase de la batalla) en los que el apoyo prestado por la aviación alemana a las tropas de tierra del ejército de Franco resultó fundamental. Los eficaces bombardeos y los certeros ametrallamientos realizados por los cazas en ataques rasantes tuvieron unos terribles efectos sobre las tropas republicanas, que en diferentes momentos, totalmente desmoralizados, cedieron descontroladamente sus posiciones.
Fue precisamente durante la batalla de la carretera de La Coruña, cuando los técnicos y asesores alemanes pusieron en práctica por primera vez alguna de las tácticas y estrategias propias de lo que años después, durante la Segunda Guerra Mundial, se conocería como Britzkrieg o “Guerra Relámpago”.
También en esas jornadas se produjeron duros combates aéreos. En los grises cielos madrileños de aquellos días, los cazas alemanes He-51, junto a los CR-32 (“Chirri”) de fabricación italiana, se enfrentaron en espectaculares vuelos con escuadrillas compuestas por cazas Polikarpov I-15 (“Chatos”) e I-16 (“Rata” o “Mosca”), de fabricación soviética.
La Legión Cóndor experimentaría diversas reorganizaciones a lo largo de la guerra civil y su apoyo a los sublevados resultó decisivo en muchas de las grandes batallas (El Jarama, Ofensiva del Norte, Brunete, Teruel, El Ebro, Campaña de Cataluña…).
El episodio más oscuro protagonizado por esta unidad fue el bombardeo de Guernica, realizado el 26 de abril de 1937, con el apoyo de la aviación italiana. Sobre esta villa vasca, carente de valor estratégico o militar, los JU 52/3M alemanes y los SM-79 italianos, descargaron casi 30.000 toneladas de bombas incendiarias y explosivas. Guernica quedó arrasada (el 74% de sus edificios fueron destruidos) y su población, que fue perseguida por los ametrallamientos de los aviones a baja altura, sufrió cerca de 300 muertos y numerosos heridos.
A lo largo de la guerra, esta unidad se apuntó en su haber 296 derribos de aviones enemigos (algunas fuentes aumentan esta cifra hasta los 386), de los cuales, cerca de 60 habrían sido abatidos por las baterías antiaéreas del F/88 (destacando en esta función los míticos y temidos cañones Krupp del calibre 88). El piloto más destacado fue el teniente Möldes, con 14 derribos, y fueron numerosos los oficiales pertenecientes a los grupos de bombardeo (K/88), de caza (J/88) y de las unidades de artillería antiaérea (F/88) los que recibieron la Medalla Militar Individual y otras condecoraciones de carácter civil o militar.
En cuanto a las pérdidas sufridas por esta unidad, también se barajan diversas cifras. En lo referente al material perdido en combates aéreos, derribos causados por la caza enemiga, en bombardeos en tierra o destruidos en accidente, se calcula que las bajas totales debieron estar cerca de los 110 aviones, a lo que habría que añadir las bajas de carros, piezas de artillería y de vehículos de transporte.
El número de heridos es difícil de precisar por falta de la suficiente documentación. Las cifras estimadas de fallecidos son las siguientes: muertos en acción de guerra 174; muertos en accidente 84; muertos por enfermedad 28.
Entre estas cifras se encuentra el soldado perteneciente al Grupo F/88 (Antiaéreos), Rudi Eppert, al cual estaba dedicada la estela funeraria colocada hasta no hace demasiados años en Villanueva del Pardillo. En la “Relación nominal del personal de la Legión Cóndor fallecido en la guerra española por acción de guerra, accidente o muerte natural”, en el apartado dedicado a las bajas del F/88, puede leerse:
“Cabo Rudolf Eppert, fallecido el 14 de enero de 1937 en Villafranca (Madrid), Causa de la Muerte: Tiro en el pecho.”
Un nombre más, rescatado de en una larguísima relación de nombres y apellidos germanos. Una pequeña mención en una amplia lista de bajas. Una lista en la que se especifican las causas por las que falleció cada combatiente: “Bombardeo de artillería”, “Tiro de fusil”, “Derribado por la Artillería Antiaérea.”, “Explosión de su avión en el aire”, “Metralla de granada”, “Derribado por la caza enemiga”, “Fusilado”, “Herida en la cabeza”… y un triste etcétera que constituye un amplio y completo surtido de los desastres de la guerra.
Estelas funerarias en recuerdo de soldados de la Legión Cóndor existen por toda la geografía nacional. Fueron colocadas al finalizar la guerra civil por iniciativa del gobierno alemán, y durante más de setenta años han permanecido bien visibles en los lugares en los que habían caído soldados alemanes. Algunas fueron destruidas y otras, poco a poco, han sido llevadas a museos o lugares parecidos. Imagino que con la Ley de la Memoria Histórica, las que queden, serán definitivamente retiradas.
Que yo sepa, en la zona existió, al menos, otra estela similar a la que había en Villanueva del Pardillo. Ésta sí, recordaba a un piloto de la Legión Cóndor, concretamente a Roland Reinhold, perteneciente a la Escuadrilla de Reconocimiento (Aufkklärungsstafell) A/88, cuyo avión fue derribado el 10 de julio de 1937 durante la Batalla de Brunete. En la actualidad, creo que la placa de Roland Reinhold se encuentra en el Museo de la Aviación de Getafe.
La Historia la escriben los vencedores, por ello, todos los monumentos relacionados con la guerra civil en el noroeste de Madrid recuerdan, única y exclusivamente, a los pertenecientes a uno de los bandos enfrentados: las estelas de la Legión Cóndor, el monumento a los voluntarios rumanos en Majadahonda, placas de “caídos por Dios y por España” en los cementerios de Pozuelo y Aravaca o en la iglesia de Las Rozas, los monumentos en recuerdo a los combatientes de la batalla de Brunete en este pueblo o en Quijorna, etc.
La Historia, con demasiada frecuencia, es así: selectiva, ideologizada y partidista.
JAVIER M. CALVO MARTÍNEZ
JAVIER M. CALVO MARTÍNEZ
Fotografía: Estela funeraria de la Legión Cóndor que existió en Villanueva del Pardillo hasta los años noventa.
En la página 5 del diario “La Vanguardia” del 2 de noviembre de 1941 se recoge la inauguración de este monumento dedicado a Rudi Sppert. Los interesados podéis leer la noticia en el siguiente enlace:
ResponderEliminarhttp://hemeroteca.lavanguardia.es/preview/1941/11/02/pagina-5/33106901/pdf.html
El monumento a Rudi Sppert se encuentra en la actualidad en el Museo del Aire de Cuatro Vientos de Madrid.
ResponderEliminarAparte de eso he leido el articulo y encuentro algunos errores.
1.- El teniente aleman con mas derribos en España fue Werner Mölders, y no Möldes.
2.- ·30.000 toneladas de bombas sobre Guernica son demasiadas, mas bien fueron 30.000 kilos, osea 30 toneladas, que ya son demasiadas para bombardear un pueblecito.
3.- En el bombardeo de Madrid de 18 de Noviembre del 36 dificilmente participaron 50 bombarderos JU-52. El numero total de JU-52 que recibieron los nacionalistasa a lo largo de toda la guerra fue entre 20 y 30 unidades, tendria que investigarlo mejor, pero 50 son demasiados, y mas aun en una sola mision.
Corrijo
EliminarEl numero total de JU-52 recibidos durante toda la guerra fueron entre 60 y 63. Inicialmente fueron pedidos 20 para establecer el puente aereo para el traslado del ejercito de Africa a la peninsula.
En Madrid a los JU-52 les apodaron como 'las tres viudas', ya que venian de tres en tres.
Muchas gracias por sus correciones y observaciones, y perdón por los posibles errores que puedan aparecer publicados.
EliminarTiene usted abiertas las puertas de este blog. Estaremos encantados de contar con sus valiosas e interesantes aportaciones.
Reciba un cordial saludo.