lunes, 27 de septiembre de 2010

94) Operación Garabitas (testimonios)





OPERACIÓN GARABITAS (TESTIMONIOS)

La anterior entrada de este blog estaba dedicada a la “Operación Garabitas” , desencadenada por los republicanos en abril de 1937. Hoy, reproducimos los testimonios de dos soldados republicanos que participaron en aquellos combates. Estos testimonios me fueron proporcionados por Luís de Vicente Montoya, vicepresidente de Gefrema, y me ha parecido interesante compartirlos con los lectores y lectoras de este blog.

El primer relato pertenece a Ramón Parra Quevedo, combatiente de la 69 Brigada Mixta, que llegó al frente cuando los combates estaban en pleno apogeo. Ramón Parra, recordaba muchos años después la sobrecogedora impresión que le produjo el recorrido hacia la primera línea de fuego:

“Antes de llegar a Puerta de Hierro había un puente en construcción, que por encima pasaba una amplia avenida y por debajo tenía una anchura de 20 metros por más del doble de largo, ya que allí había en las camillas más de cien heridos y otros tantos semisentados. Supongo que entre los que estaban en camillas habría muertos y los camiones y ambulancias con muertos y heridos no dejaban de cargar.

Aquel espectáculo nos dejó la moral por los suelos, pues además estábamos oyendo el estruendo del combate muy cerca de allí.

Fuimos cruzando el puente en fila india y a unos 500 metros pasamos por Puerta de Hierro, para desde allí mismo, avanzar por una zanja de evacuación de más de un metro de ancho y más de dos metros de profundidad, por donde el trasiego de soldados en ambos sentidos no cesaba.

Para el frente íbamos nosotros cargados con armas y equipo, para fuera una columna interminable de combatientes, todos con vendajes, señales de una primera cura. Esos, los mejores que podían ir solos. Los demás en camillas, piltrafas humanas, hombres mutilados o moribundos.

La anchura de la zanja no permitía cruzarnos con holgura, por lo que a veces al cruzarnos con los heridos nos manchábamos con su sangre. Mientras tanto, el estruendo no cesaba. Un hervor constante de máquinas automáticas y grandes explosiones que cada vez notábamos más cerca. No nos hablábamos unos a otros, pero nuestro silencio era bien elocuente, ¿a donde nos llevaban?, ¿íbamos a entrar en combate en pleno día y sin aviación? Nada sabíamos, solo que estábamos muy cerca.

Cruzamos el Manzanares por un puente de madera, que tendría un metro de ancho, tendido muy cerca del agua y que se balanceaba a nuestro paso. Y nada más pasar el río la tapia del Pardo, o mejor dicho, ya la Casa de Campo, a la que pasamos por un boquete abierto en dicha tapia.

Pasados ya a la Casa de Campo, nos fuimos quedando quietos dentro de la zanja que allí era todavía más honda, y a pesar de ello, pronto tuvimos muertos por disparos a la cabeza a pesar del casco.

Y es que el enemigo nos dominaba desde el Cerro de Garabitas donde tenía su artillería en plataformas de acero que, machacaban Madrid y a nosotros. Los disparos que nos metían dentro de la trinchera eran producidos por tiradores colocados en los árboles, pues parece que en algún caso, le habían hecho caer con nuestras armas. No se podía sacar la cabeza pero supimos que el enemigo estaba a menos de cien metros y entre ellos y nosotros solo había un campo de juego, creo que el Campo de Polo, y al fondo las posiciones enemigas, en unas edificaciones casi destruidas que debían ser del propio campo de juego (…)

El segundo testimonio pertenece a Gabriel Fernández Paniagua, soldado de la 2ª Brigada Mixta. Su unidad recibe la orden de ocupar las primeras cotas de la Casa de Campo, objetivos previos antes de poder lanzarse al asalto del Garabitas. Consiguen ocupar el primero de estos cerros, pero fracasarían ante el segundo y más importante objetivo, el “Cerro del Piñonero”. Gabriel Fernández, en su testimonio, recuerda también la muerte en combate del comandante Jesús Martínez de Aragón, jefe de la 2ª agrupación de la 6ª División republicana que participó en la “Operación Garabitas”.

"En abril acuartelaron a la 2ª Brigada en el pueblo de Fuencarral en un Sanatorio Antituberculoso que estaba en la carretera que iba hacia Colmenar, allí estuvimos varios días. Después nos trasladaron en camiones a la Plaza de España. Nuestro batallón fue a unas escuelas que estaban en la misma acera que la Torre de Madrid (más tarde fue la Escuela de Comercio) donde permanecimos dos o tres días.

En la Plaza de España estaba una batería de artillería, que junto a otra que estaba en la zona de El Viso, en un lugar llamado Las Cuarenta Fanegas, eran las que bombardeaban la Casa de Campo y el cerro de Garabitas.

Desde allí bajamos andando hacia la Casa de Campo por la Cuesta de San Vicente. Cruzamos el río Manzanares por el Puente del Rey, o por el Puente de la Reina Victoria, no recuerdo bien, y fuimos a parar cerca de la colonia de hotelitos de los “Tranviarios”, que es ahora Colonia del Manzanares, y luego creo que pasamos al parque por un hueco de la tapia.

La posición que atacamos era un cerro próximo a la colonia, desde donde se veía a lo lejos el ferrocarril y el Puente de los Franceses. En el ataque nos ayudaba nuestra artillería, aunque no llevábamos tanques. En el cerro silbaban las balas y teníamos que pegarnos al suelo que estaba lleno de agua porque había llovido el día anterior. Desde lo alto de ese cerro veíamos las posiciones del enemigo, que estaban próximas sobre otro cerro. Hubo descargas muy fuertes de la artillería nacional, que causaron muchas bajas entre los nuestros.

La compañía en la que iba el comandante Jesús Martínez de Aragón atacaba cerca del Puente de los Franceses, por la falda de la vía del ferrocarril, que hace un poco de cuesta. El comandante estaba arengando a los soldados para que avanzasen, y en la arenga le metieron un balazo por la boca, y allí quedó. El comandante de nuestro batallón, un tal Gallego cogió el mando de la Brigada.”

Dos testimonios interesantes sobre el frustrado ataque republicano contra el Garabitas y el Cerro del Águila. Lejanos días en los que el frente de Madrid chorreaba sangre y metralla.

JAVIER M. CALVO MARTÍNEZ

Fotografía 1) Puente-Estación de la Fuente de las Damas, perteneciente al conjunto de infraestructuras diseñadas por el ingeniero Eduardo Torroja en 1932 para las comunicaciones de la Ciudad Universitaria. Durante la “Operación Garabitas” fue utilizado como puesto de evacuación de heridos de la 69 Brigada Mixta y es el que recoge Ramón Parra Quevedo en su testimonio (abril 2010, JMCM).

Fotografía 2) Cauce del Manzanares que, a través de pequeñas pasarelas de madera, fue cruzado por los republicanos en la “Operación Garabitas” (abril 2010, JMCM).

Fotografía 3) Cerro del Piñonero, posición nacional en la Casa de Campo que los republicanos no lograron ocupar y a la que se refiere Gabriel Fernández Paniagua en su testimonio (abril 2010, JMCM).

Agradecimiento especial a Luís de Vicente Montoya.

1 comentario:

  1. Hola Gerion

    estupendo artículo, quería mandarte unas fotos, pero la dirección de correo frentedebatalla@mixmail.com me da error. Dime como te las envío.

    Saludos
    miguelangel.delavega@gmail.com

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