lunes, 3 de marzo de 2025

179) ARPILLERA

Soldados británicos en una posición construida a base de sacos terreros durante la Primera Guerra Mundial

Uno de los elementos más característicos de la guerra de trincheras fue el saco terrero, con el que se levantaban parapetos y se reforzaban y revestían los paramentos y cubiertas de las fortificaciones, tal y como podemos apreciar en múltiples fotografías y grabaciones de época.

Estos sacos estaban confeccionados con un grueso y áspero material textil, fabricado a base de estopa, normalmente de cáñamo o lino, llamado arpillera, por lo que eran fáciles de transportar en grandes cantidades para ser rellenados con tierra en los mismos lugares en los que se estaba fortificando, permitiendo construir con ellos, de manera económica, rápida y sencilla, multitud de estructuras defensivas de gran eficacia frente a las balas y la metralla del enemigo.


Combatiente republicano haciendo fuego desde un parapeto de sacos terreros en el frente de Madrid (Archivo Histórico del PCE)

Como es lógico, al tratarse de un tejido a base de fibras vegetales, la arpillera soporta muy mal los elementos erosivos y tiende a desaparecer por completo pasado un tiempo. Por tanto, salvo circunstancias muy excepcionales, rara vez aparecen vestigios de estas piezas hoy en día.

Pero resulta que estos sacos eran empleados también para el transporte de materiales de construcción, tales como el yeso, la cal, el cemento o la grava, algunos de los cuales, al entrar en contacto con el agua, se endurecen. Por ello, no es del todo extraño que, al visitar o excavar arqueológicamente una posición de la Guerra Civil, entre los materiales que pueden aparecer, nos topemos con bloques solidificados de cemento, mortero o cal con la forma de los sacos que los contenían, apreciándose en muchos de ellos la característica impronta dejada por la arpillera.



Sacos de arpillera petrificados en posiciones de la Guerra Civil en Las Rozas de Madrid (Fotografías J. M. Calvo)

En algunos casos se trataría de sacos que quedaron olvidados o abandonados, siendo la lluvia y la humedad la responsable de su endurecimiento. En otros, quizás se buscó intencionadamente ese resultado. De cualquier manera, pasado el tiempo la arpillera que había actuado de molde desapareció, pero nos quedó su evidencia en estos bloques petrificados que, de otra manera, solo podríamos imaginarnos a través de lo que vemos en las antiguas imágenes o leemos en los documentos históricos.



Restos de dos sacos de arpillera petrificados en una posición de la Guerra Civil en Las Rozas de Madrid (Fotografías J. M. Calvo)


Humildes pero interesantes vestigios del pasado que, muchas veces, pueden pasar desapercibidos, confundidos con piedras o escombros sin ninguna relevancia.


Javier M. Calvo Martínez

No hay comentarios:

Publicar un comentario